Bueeeno ¡Ya tienes a tu churumbel en brazos! Tanto tiempo esperando, nada menos que 280 días (unos arriba y otros abajo 😉 ) tal y como anuncia el título de este blog. 280 días de incertidumbre, risas y lágrimas, miedos y esperanzas, de sueños, interrogantes y dudas. Pero por fin todo eso ha pasado ya y disfrutas postrada en la cama de tu hospital de confianza con ese pequeño tan ansiado entre tus brazos… Y la gente llega en avalancha deseando felicitarte, qué ilusión, que guapos salen ellos en las fotos con tú bebé. Porque sí, tú estás hecha un asco, normal, horas y horas empujando dándole que te pego, respira-empuja, respira-empuja y lo único que deseas es un poco de paz. Pero es un día especial y único para todos, así que sonríes dolorida viendo como tu bebé se pasea por toda la habitación mientras tú sueñas con llegar a casa y tener un poco de descanso e intimidad.
Por fin llega el día, llegas a casa, todo preparado o con los restos de la eufórica huida hacia el hospital tirados por el pasillo. Las zapatillas que se te olvidaron y oh, sí, mira dónde estaba el camisón. Bueno, ahora ya da igual. Por fin en casa. Por fin el inicio real de tu nueva vida. Sólo tienes ganas de encontrarte bien y salir sonriente a pasear con tu flamante cochecito nuevo por toda la ciudad. Pero lo cierto es que aún te encuentras fatal. Y peor aún, a medida que pasan los días la cosa no parece mejorar. Cada día estás más cansada, de peor humor, cada día parece que tu pequeño bebé-sin-manual-de-instrucciones mama peor, que llora más, que duerme menos. Cada día tu pareja te comprende menos, te discute más, y te cae peor por momentos. Cada día más desesperada aplicas nuevos métodos anti cólicos, movimientos anti llanto, canciones de cuna desesperadas… Ya no sabes si llora más tu bebé o tú. ¡Tan contenta que deberías estar con tu cuerpo deforme y tu nueva cara demacrada! ¿Por qué no te alegras? ¡Tienes un bebé! Un bebé que no para de llorar y no te da mucho a cambio, todo sea dicho… Piensas que vas a necesitar mucho Photoshop para esas imágenes rosadas de ternura y de revista con las que soñabas cuando estabas embarazada.
Qué drama, ¿No? Pues un poco sí, pero sólo un poco, a veces mucho, a veces varía de un minuto a otro. Este es sólo el incomprendido lado oscuro, del que nadie habla, que parece que sólo sufren esas amigas valientes que se atreven a contarlo. Que se atreven a decir que no todo es tan bonito, que en el postparto estamos cansadas, doloridas, aterrorizadas, incomprendidas, sobrepasadas por la responsabilidad, las decisiones, los consejos. Por suerte hay otro lado lleno de luz, de fotos de revista, de momentos mágicos en los que observas dormir a tu bebé totalmente rendido y confiado en tus brazos. Momentos mágicos en el que coges su manita minúscula entre tus dedos, en el que sonríe por primera vez. Ese olor único de los bebés que pronto se irá y echarás tanto de menos. Ese lado existe y devora poco a poco el lado oscuro de los primeros días de incomprensión. Si no, te aseguro que la raza humana se extinguiría 😉 o por lo menos nunca iríamos a por el segundo 🙂