Es muy probable que nunca antes hayas oído el término lactacia cruzada o que te suene pero sin llegar a saber qué es. Hoy te lo voy a explicar, y lo voy a hacer desde mi propia experiencia. Cuando comencé a ver las ventajas me di cuenta de que quería contárselo a todas las futuras madres lactantes, hoy tengo la oportunidad de contártelo a ti y al resto de familias lectoras del blog para que os sirva de ayuda.
Cuando vives a 500 kilómetros de tu familia, el papá de tu criatura trabaja más horas que un reloj y tú, además de ocuparte del bebé (que apenas duerme de día), de la casa y de tu trabajo, por mucho que exprimas el tiempo te das cuenta de que a tu día le faltan horas. Es entonces cuando se te agudiza el ingenio, buscas ayuda o apoyo en grupos de lactancia o de crianza o te paseas por los blogs de maternidad (en los escasos momentos que tienes).
Qué es «lactancia cruzada»
Mi historia comenzó en uno de estos grupos, cuando se nombró la lactancia cruzada, amamantar a otro bebé y que tu bebé mame de otra mamá. He de admitir que mi primera reacción (lo admito, soy víctima de una sociedad algo prejuiciosa y deshumanizada) fue un poco reacia. Me pareció bastante extraño y me tocó esa fibra sensible del pudor que tenemos tan programada desde bien pequeñitos. Aunque afortunadamente me duró poco, no recuerdo bien qué provocó ese momento de lucidez pero me di cuenta de que eso no era algo nuevo, ni moderno, ni raro, era simplemente algo que hacían nuestras abuelas y bisabuelas con toda la naturalidad del mundo pero que la llegada del biberón borró del mapa de un plumazo.
Lo más seguro es que el término ama de cría sí que lo hayas escuchado. También es posible que hayas escuchado historias de familiares, vecinos, conocidos o personajes de libros que de bebés o niños sobrevivieron en la guerra o la postguerra gracias a haber sido amamantados por una vecina, una tía o cualquier otra mujer de su entorno. Bien, esto es lactancia cruzada. No es tan nuevo, ¿verdad? El caso es que por muy antiguo que sea, ya no forma parte de nuestra normalidad, tanto que no parece ni que exista esta posibilidad y cuando la gente lo escucha se echa las manos a la cabeza (lo sé por experiencia porque veo las reacciones de la gente cuando lo cuento y además conozco de primera mano la mía propia).
Mi experiencia, ¿cómo surgió?
Sin embargo, la necesidad apura el ingenio y te empuja a tomar decisiones que jamás te habrías imaginado. Eso fue lo que me ocurrió a mí. Un día, comentando con otra mamá del grupo de lactancia lo que «sufríamos» con la falta de tiempo (ella también tenía que trabajar desde casa), se nos ocurrió la idea de cuidar mutuamente de nuestros bebés. En este caso de nuestras hijas. Un día ella cuidaba de las dos peques durante un par de horitas y otro yo, y como las dos dábamos el pecho, nuestras hijas podrían mamar en nuestra ausencia si lo necesitaban. Y así lo hicimos. Ya vamos por dos días a la semana cada una y un par de horas el fin de semana cada quince días (esto último es en pareja y para la pareja, lo contaré en otro artículo porque creo que os puede interesar 😉 ).
Los comienzos
Antes de continuar, te contaré que no ocurrió de un día para otro. Tú no dejas a tu bebé con un desconocido (o sí, hay quien lleva a su bebé a una guardería sin haber cruzado más de tres palabras con la cuidadora, pero esto es otro tema y lo normal es que antes conozcas a la persona que va a cuidar de tu bebé) y aunque conocía a mi actual «comadre» del grupo de lactancia y ella a mí, antes necesitas asegurarte de que es una persona de absoluta confianza, además, las niñas tenían que familiarizarse entre ellas y con nosotras. Por eso comenzamos a quedar para desayunar (el desayuno era la excusa) en casa de una y de otra. Quedábamos casi a diario y pasábamos todos los ratos que podíamos juntas. De esta forma yo comprobé que podía confiar en ella, que su forma de educar a su bebé era muy parecida a la mía y que era una persona con hábitos de vida saludables. Supongo que ella pensó lo mismo de mí, y después de un tiempo (meses) empezamos a quedarnos con los dos bebés, primero un ratito y cuando vimos que ellas ya se encontraban a gusto con nosotras nos quedamos más tiempo. Tardamos más porque cuando comenzamos nuestras bebés ya tenían unos ocho meses, estaban en esa etapa en la que estaban más «madreras» que nunca y además no éramos de su entorno más cercano. Por eso el periodo de «adaptación» fue mucho más largo, si se comienza desde el principio los bebés se acostumbran enseguida. De hecho, un recién nacido succiona del pecho que le pongas.
Por qué lo recomiendo
Son muchas las razones por las que recomiendo esta experiencia. En nuestro caso comenzamos por tema laboral, porque por placer no se me había ocurrido dejar a mi bebé con otra persona. No había tenido la necesidad. Sin embargo, ahora que lo estoy viviendo, he podido comprobar que no sólo me ha permitido tener más tiempo para trabajar, sino también tener más tiempo para mí y para disfrutar con mi pareja. Esto en cuanto a tiempo se refiere. Porque hay más. Cuando lo pruebas, te das cuenta de que amamantar a otro bebé produce un inmenso placer y estableces con él o con ella un vínculo especial. Por circunstancias distintas, he tenido la oportunidad de amamantar no sólo a mi hija y a la hija de mi comadre, sino que también le he dado el pecho a otros dos bebés y todas las experiencias han sido maravillosas. Poder calmar el llanto de un bebé y consolarlo, sea por hambre, sueño o cualquier otra necesidad, te da una paz y una satisfacción que no se puede explicar con palabras.
Otra cuestión es el hecho de tener una persona de confianza a la que dejar a tu bebé ante cualquier urgencia o necesidad, eso no tiene precio. Si tienes a los abuelos cerca, no serás consciente de lo que te estoy contando, porque las cosas no se valoran mientras se tienen con normalidad. Pero cuando tu familia no está cerca, te puedo asegurar que esto da mucha tranquilidad.
Otra ventaja es la posibilidad de que dos niñas que no van a la guarde se relacionen entre ellas. Estar con otros bebés es muy beneficioso para su desarrollo en todos los niveles y encima se están criando casi como hermanas. Ya que tienen a los primos muy lejos y de momento no tienen hermanos, que puedan establecer ese vínculo, tanto a los papás como a nosotras nos hace muy felices. Y nombro a los papás, que no lo he hecho hasta ahora, porque son una parte muy importante de la «ecuación». Ellos estuvieron de acuerdo desde el principio, sino no lo habríamos llevado a cabo, puesto que las decisiones se toman en familia, al menos en nuestros casos. Y con el tiempo, también han ido «cogiéndole el gustillo» porque han experimentado las ventajas indirecta y directamente.
Las dudas que a todos asaltan
Cuando cuento todo esto, hay muchas mamás que me dice que qué suerte, sin embargo, hay otras personas que se quedan como asustadas y me suelen preguntar lo mismo:
- ¿No se pegan las enfermedades?
- ¿No te molesta que otra madre dé de mamar a tu hija?
- ¿No te da sensación que otro bebé chupe tu pezón?
Voy por partes. No, no vamos a pegarnos ninguna enfermedad. Lo primero es que esto lo haces con una persona de confianza que sabes que se cuida y que tiene un estilo de vida similar al tuyo, que no fuma, ni bebe, ni se droga… No le das tu bebé a la primera persona que se te cruza por la calle. Segundo, que cuando te quedas embarazada te hacen tantos análisis que no hay enfermedad contagiosa que le libre de ser detectada.
No, no me molesta que otra madre amamante a mi hija. Me molesta más imaginármela enganchada a la teta de una vaca o saber que si necesita el consuelo del pecho (recordemos que el pecho no es sólo alimento, es mucho más) no lo tenga.
Si se te está pasando por la cabeza alguna otra, no dudes en ponerlo en el foro para que podamos aclararla.
Te voy a dejar un video en el que Salma Hayek amamanta a un bebé en Sierra Leona y en el que cuenta la experiencia de la lactancia compartida en su familia.
¿Tienes alguna experiencia con la lactancia cruzada? ¿Conoces alguna historia de hermanos o madres de leche? Si es así, ¡nos encantaría que la comentaras! Gracias por leer hasta aquí, si mi experiencia te sirve, tal vez le sirva a otras familias, compártela 😉