En los últimos años, el momento del parto ha sido muy desnaturalizado. Cada vez más, los hospitales han ido tomando las riendas en el momento de dar a luz y han ido cogiendo peso a la hora de decidir de qué forma la mujer tiene que parir. Esto, cuando existe algún riesgo, es lógico y conveniente, sin embargo, cuando todo sigue su curso natural y no hay ningún peligro para la madre o el bebé, quien tiene que tomar las decisiones es la madre. Si estás embarazada es muy importante que conozcas esto, tú eres quien va a dar a luz y tú eres quien ha de decidir cómo y seguir tu propio instinto, pues nadie mejor que tú conoce tus necesidades. Para ello existe un documento llamado Plan de parto (Plan de nacimiento).
¿Qué es el Plan de Parto?
Se trata de un manifiesto en el que puedes decidir ciertos aspectos del parto y que rellenas con anterioridad y entregas en el centro en el que tengas pensado dar a luz. En él indicas qué tipo de intervención o cuidados prefieres (siempre y cuando sea posible, claro). Además te informa, por ejemplo, de que hay determinadas actuaciones que no son necesarias (y sin embargo suelen realizarse normalmente). Por ejemplo el enema, que no es que no sea necesario, es que además no es recomendable.
En el momento de dar a luz no estás para pensar, ni para decidir, es por ello que este documento es muy útil, pues puedes cumplimentarlo en la tranquilidad de tu hogar, con tiempo para informarte, asesorarte, reflexionar y pensar qué es lo mejor para ti y tu bebé.
También has de saber que en los hospitales existen una serie de protocolos que puedes y debes conocer para saber qué es lo que harán si tú no escribes lo contrario.
Lamentablemente yo no tenía ni idea de todo esto… Por eso me pusieron oxitocina (que no quería), me tuvieron inmovilizada en monitores acostada en una camilla soportando unas contracciones mucho más dolorosas por no poder moverme, ni caminar, ni cambiar de postura… Me canalizaron una vía que no era necesaria (y encima mal, que me dolía horrores), me pusieron enema, que yo no sabía que era desaconsejable y me vi forzada a ponerme una epidural que no quería. Sin contar que sólo me dejaron “mojarme los labios” cuando en realidad no hay ningún problema en tomar líquidos. Como ves, mi experiencia no fue la mejor de las mejores… Menos mal que al menos a la hora de estar piel con piel sí que lo hicieron bien, porque lo de la tranquilidad justo después del parto tampoco, que había más personal por allí del que yo pudiera contar y encima venían de visita porque decían que mi hija era muy bonita y ¡venían a verla enfermeras de planta! Era tan surrealista… Si hubiera conocido el plan de parto o hubiera sabido que podía preguntar por los protocolos, estoy convencida de que me hubiera ido mejor. Por eso escribo estas líneas, porque si estás embarazada (o lo está tu pareja), aún estáis a tiempo de prevenir y de elegir cómo queréis que nazca vuestro bebé. El plan de parto se puede descargar aquí.
¿Qué puedes decidir?
Entre otros aspectos, en este documento puedes reflejar tus preferencias en cuanto a:
- Quien quieres que te acompañe (y/o a quien no quieres ver por allí ni en pintura 😉 )
- Usar tu ropa o la del hospital
- Si ponerte enema o rasurarte
- Qué postura prefieres y qué movilidad deseas tener en la dilatación
- Si deseas o no analgesia (anestesia) y en el caso de que exista la posibilidad si deseas hacer uso de las bañeras de agua caliente u otro tipo de analgesia.
- El material de apoyo (pelotas, espejo…)
- Colocación o no de cánula intravenosa
- Ponerte o no sonda en la vejiga
- Permitir o no que rompan la bolsa si no es estrictamente necesario
- Cortar el cordón y quién
- Donar el cordón
- Coger a tu bebé con tus manos
- Solicitar un espejo para poder verlo al salir
- Los cuidados iniciales del recién nacido (vacunas, aspiraciones…)
- Inicio de la lactancia (piel con piel)
- Alumbramiento de la placenta
- Traslado a planta y cohabitación de la madre y el bebé
- Lactancia o leche de fórmula
Estos son algunos de los aspectos sobre los que puedes expresar y manifestar tus preferencias y deseos en el Plan de parto. Que escribas que no deseas epidural no significa que luego no puedas ponértela. Es un plan con tus preferencias y tus decisiones, tú misma decides si quieres cambiar de opinión según se desarrollen los acontecimientos, el personal sanitario ha de respetar tu voluntad en todo momento siempre y cuando no exista alguna contraindicación médica.
En mi opinión, esto es algo que debe conocer toda embarazada. Si estás de acuerdo conmigo, ayúdame a correr la voz Y… ¡feliz parto! 😉